Testimonio Noemí Riquelme

Ser voluntaria es el acto más egoísta que he realizado en mucho tiempo. En el periodo que llevo en APAEX, he conseguido aprender y sentir muchas más cosas de las que yo he podido inculcar en los propios usuarios. Mi recorrido en APAEX es corto, pero la fuerza, el coraje, el valor y el cariño que me transmitió la asociación mi primer día, se ha seguido manteniendo a lo largo de este tiempo. Desde el primer momento en que crucé la puerta de salida del mundo real al mundo que los propios usuarios con su esfuerzo y sudor han creado; supe que estaría en deuda con ellos de por vida, y así lo sigo sintiendo a día de hoy.

Hay decisiones que cuestan mucho trabajo tomar, que requieren tiempo asimilarlas, asentarlas y por último acatarlas. En cambio, entrar en APAEX no supuso dificultad alguna, pues fue más bien un flechazo. No tenía nada que decidir, sólo dejarme llevar por el amor y la fuerza de voluntad que desprende la asociación por todas partes; algo que no abunda en la vida real.

En un tiempo en el que la falta de ilusión y de energía están a la orden del día; ellos luchan, se reinventan y reilusionan con la única motivación -en muchos casos- de tener a una persona de confianza, alguien en quien apoyarse; y lo harán con los ojos cerrados y el corazón bien abierto.

En el mundo real, necesitamos mil y un motivos para levantarnos cada día y salir a la calle a luchar por ser alguien mejor. En APAEX sólo necesitan un punto de apoyo para mover el mundo – como dijo Arquímedes-, y ese punto eres tú.

Por estas y muchas razones, pienso seguir siendo egoísta por mucho tiempo. Y te invito a que lo seas conmigo. A que pienses en ti por una vez y te des la oportunidad de luchar por tu vida con la fuerza y energía que con todo el cariño ellos te van a transmitir y prestar; a cambio solamente de una porción de tu tiempo.

Con todo esto, sólo me queda una cosa por decir: GRACIAS.