EL CONSUMISMO, LAS ADICCIONES Y EL DESEO DE GUSTAR ¿EL TRIANGULO DE NUESTRA SOCIEDAD?, por Alberto Soler Bonet

Hay tres monstruos que no nos permiten avanzar: tengo que hacerlo bien, tienes que tratarme bien, y el mundo debe ser fácil. Albert Ellis.

El deseo de gustar es uno de los anhelos más actuales en nuestro mundo actual ¿Acaso es posible que no sea así dado que en una sociedad colectivista como la nuestra nos definimos por nuestro grupo?

Lamentablemente ya no podemos relacionarnos de la misma forma que lo hicieron nuestros padres y abuelos. Las redes sociales nos han traído grandes ventajas, nos es posible comunicarnos con seres queridos, amistades y demás personas que están a miles de kilómetros pero ¿esto ha creado soledad e incluso pérdida de habilidades sociales? La respuesta es sí. Nuestros antepasados no tenían las mismas herramientas tecnológicas que hoy en día poseen sus descendientes. La llegada de la comunicación global trajo grandes ventajas como el acceso a un conocimiento casi ilimitado (algo que cualquier hombre o mujer de hace apenas cuarenta años hubiese soñado) pero, en vez de aprovecharnos de la tecnología, nos hemos hecho esclavos de ella.

Nuestros conceptos de diversión también han evolucionado (o des evolucionado) debido sin duda a nuestra perdida de habilidades sociales.

El termino diversión es diferente según los gustos de cada uno de los lectores que lean este texto por supuesto pero ¿acaso no es cierto que en los últimos treinta años el termino diversión no se ha asociado al consumo de alcohol y otras drogas? Nos basta salir a dar una vuelta un fin de semana por la noche para poder ver el nuevo concepto de diversión en todo su esplendor. No se puede culpar de ello solo al déficit de habilidades sociales que cada vez sufren más personas sino también a que cada vez nuestra vida deriva hacia un afán consumista.

En un mundo globalizado deseamos gustar más, hacernos esclavos de las modas para ser como los demás. Tener una personalidad propia ya es algo casi heroico. Las marcas de ropa nos presentan a hombres y mujeres atractivos con cuerpos impresionantes. Los anuncios de bebidas alcohólicas te muestran situaciones de diversión asegurada gracias al consumo.

Incluso intentan vendernos situaciones de felicidad en familia por el hecho de ir de compras.

Todo ello son espejismos, cantos de sirena que crean una imagen falsa de la realidad. Se intenta vendernos el concepto de felicidad, o la mera aceptación por parte de nuestro grupo, a través del consumo. Es algo irreal que sin duda está generando problemas gravísimos en nuestro entorno más directo.

Todos los trastornos generados debido a ello (adicciones a sustancias, bulimia, ludopatía, etc…) son señales alarmantes suficientes para advertirnos de que no podemos continuar así. No pretendo con ello hacer un alegato en contra de la tecnología o la publicidad pero si cambiar su uso. El reto de las próximas generaciones no solo será solucionar los grandes problemas como el cambio climático o las desigualdades social-económicas sino como poder sobrevivir a la gran máquina consumista que hemos generado.

¿Cómo solucionarlo? Con la educación. Enseñando a las nuevas generaciones habilidades sociales y empatía. Si les enseñamos que una buena conversación es ya divertido aunque no haya alcohol de por medio será un gran paso adelante. La vida no es perfecta pero hay que confiar en nuestra capacidad de mejorar, de auto realizarnos y no ser esclavos de la botella, el espejo, la máquina tragaperras o las compras.

Creo que primero debemos gustarnos a nosotros mismos y, a partir de ahí, podremos controlar mejor nuestra vida.