No importa cuántas veces se caiga el ser humano. Su esperanza por vivir plenamente es una de las emociones más significativas de la vida, que aportan fuerza y coraje en las situaciones más adversas. Una realidad que tú puedes experimentar y a la que puedes contribuir.
La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos.
Juan Pablo II