En una sociedad donde impera el culto al consumo de alcohol, donde el arte de la copita esta instaurada en fiestas, ferias y acontecimientos de diversa índole, nos encontramos como personas, como tú y como yo, personas que tienen los mismos sentimientos, las mismas emociones, las mismas inquietudes, no pasan esa prueba de fuego tan habitual, como digo, en esta sociedad con una cultura tan arraigada como la del consumo de alcohol.
Hacer un juicio de por qué una persona se vuelve alcohólica es algo altamente arriesgado y no por ello menos habitual entre las personas que se consideran de personalidad indeleble y es que los acontecimientos que rodean al enfermo alcohólico son acontecimientos normalmente de una tragedia incalculable, acompañados desgraciadamente de una falta de herramientas necesarias tanto en lo emocional como en lo educacional.
Enumerar los pasos que una persona va dando hasta que llega al clímax de su enfermedad como alcohólico es introducirse en historias de un alto grado de tristeza y agonía e intentar comprender por donde pasa una persona enferma alcohólica para acabar así, es un ejercicio de riesgo emocional, el cual yo pienso, siempre se debería practicar por muy duro que sea, pues nada mejor que ponerse en su piel para entender su situación.
Aunque no todo es malo, he aprendido a saber que no todo es malo, me han enseñado esas mismas personas que detrás de todo eso antes mencionado, hay mucho mas, hay personas con un fuerte afán de superación, personas con corazones de infinita bondad, personas con mayúsculas, para mi tiene un valor incalculable lo que estoy aprendiendo de cada uno de ellos y es que son maestros y son alumnos y eso es tremendamente valioso en este proceso al que se enfrentan con un entusiasmo sin condiciones, me recuerdan al niño entusiasta que fui hace años.
Tengo la certeza y la gran seguridad de que este momento por el que muchos están pasando es un punto de inflexión en sus vidas y es el momento, en el que, porque no decirlo, han renacido de entre sus cenizas como el ave fénix y a partir de ahora sus vidas, ahora sí, en continua evolución , encauzaran el camino donde podrán resarcirse de esos años pasados y recuperar algo más que la cordura que se dejaron entre vasos y copas, podrán recuperarse a ellos mismos, ahora si dirán YO y en ese YO, se reconocerán como lo que son, personas que vinieron al mundo para vivirlo dignamente.

Paco Cuenca Alvarado (usuario de Apaex Elche)