Las XXXIII Jornadas de APAEX Elche tuvieron una calurosa acogida, como todos los años, y multitud de estudiantes y curiosos se acercaron a escuchar las ponencias de numerosos expertos tanto en las áreas psicológicas como legales de las jonadas de este año. Las jornadas se realizaron entre los días 3 y 4 de noviembre y tuvieron como tema primario las consecuencias legales del abuso de sustancias legales, aunque sin desmerecer las terapias psicológicas y novedades en el campo de las adicciones que vienen dándose todos los años.

Lidia Fortés “Análisis de la realidad desde la perspectiva de Proyecto Hombre”

Lidia Fortés, ponente, junto a su presentadora, la voluntaria de APAEX María Cárceles.

La primera ponencia la realizó Lidia Fortés, terapeuta ocupacional y coordinadora de la comunidad terapéutica residencial de Proyecto Hombre, además de profesora de la UMH. En esta, Fortés quiso señalar las experiencias de Proyecto Hombre con los usuarios que han tenido algún encuentro con la ley, ya sea por delitos graves o leves.

Proyecto Hombre es una decana asociación alicantina dedicada a ayudar a los adictos a dejar su adicción. Posiblemente es la asociación más importante de la provincia, con amplias ramificaciones en cuanto a tratamientos y talleres, además de personas. Proyecto Hombre trata también con adictos presos o que han tenido problemas legales, que es el tema que centró la ponencia.

Fortés quiso dejar muy claro que el principal problema no es la sustancia en sí que provoca la adicción, sino el adicto. “Nos centramos en las personas para ver por qué han desarrollado un comportamiento adicto”. Según la terapeuta, el NIDA, instituto de investigación de las drogas en EEUU, llegó a la conclusión de que el consumo de drogas y la delincuencia están muy unidos, principalmente por tres delitos: posesión y venta (ilegales de por sí), robo (para conseguir droga o dinero para la misma) y uso de sustancias (penado en EEUU). Esto hace que el programa terapéutico para presos sea importantísimo, ya que una gran cantidad de población con adicción está o estuvo en la cárcel.

Dentro de este nivel, se encuentra el programa “Barlovento”, dedicado al tratamiento de usuarios penitenciarios adultos. Este programa se ejecuta en tres centros penitenciarios: Fontcalent (sólo hombres), Villena (Mujeres y jóvenes) y el hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent (también sólo hombres). La necesidad de reeducar y eliminar la adicción de los presos se justifica, según Fortés, en que cada preso cuesta 54€ por día en España, así que hay que intentar que, tras su salida, puedan reinsertarse en la sociedad como individuos sanos.

Según Fortés, 76,5% de los presos consumen alcohol y una gran cantidad de ellos también cannabis, con lo que se necesita la intervención de especialistas para evitar adicciones. Para ello, desde 2006 existe en Fontcalent un módulo libre de drogas, donde los presos deben seguir un estricto código de conducta o son expulsados (por ejemplo, si sale positivo en una prueba de consumo). Es en esa zona donde Proyecto Hombre realiza talleres y terapias, ya que se dan las condiciones necesarias para que ésta pueda tener éxito. Todos los presos se suman voluntariamente y son aceptados en el módulo y la terapia tras una revisión de un funcionario especializado. El tipo de terapia utilizada suele ser las entrevistas personales y los talleres (separados por sexo) donde se trabajan diversos aspectos.

Proyecto Hombre también tiene el proyecto “Cabo”, con residencia en Elche, para tratar a menores con problemas de adicción con delitos en su haber (que los hayan cometido antes de los 18 años, aunque sean ya mayores durante el tratamiento).

La mayor parte de los menores tienen denuncias por venta de drogas  o tenencia, aunque muchos también han cometido delitos violentos o delictivos, según Fortés. “El tratamiento a los menores es clave, ya que todos los estudios indican que cuanto más jóvenes comienzan a tomar drogas, más probabilidad tienen de cometer actos delictivos. Y la edad de inicio de consumo es cada vez más baja”.

Además, el consumo a edades tempranas suele ir aparejado no sólo de problemas con la ley y mayor riesgo de caer en una adicción, sino problemas emocionales y afectivos, académicos, de agresividad y de sexualidad, como enfermedades o embarazos no deseados. “Todo lo que no se ataje a estas edades”, sentencia Forté, “es muy fácil que empeore con el tiempo”.

Durante el periodo entre 2012 y 2014 los datos arrojaron una pequeña mejora del consumo, sin embargo, la estadística sigue mostrando que el 70% de los menores de edad consume alcohol, mostrándose un aumento significativo en niñas, que en algunas modalidades de consumo, como botellón, superan a los niños. En una edad donde el cerebro aún no ha madurado lo suficiente (investigaciones afirman que la madurez se alcanza a los 21 años), es peligrosísimo para su desarrollo intelectual. Cabe destacarla aparición de una nueva forma de consumo de alcohol en jóvenes, llamada “binge drinking”, donde el objetivo no es consumir alcohol para divertirse, sino directamente intoxicarse lo más posible con el alcohol, con el riesgo que supone.

Lidia Fortés durante su ponencia.

El programa “Cabo” se desarrolla en el centro cultural de Altabix. Un menor participa cuando un juez deriva a un menor tras cometer un delito a seguir la terapia con Proyecto Hombre. En estas sesiones se busca disminuir los factores de riesgo y fomentar la prevención la protección contra el alcohol. Se busca que los propios menores vean la crítica al consumo, evitando frases como “todo el mundo lo hace” y similares que ejercen de gran presión social para consumir y delinquir. También se tocan en estos talleres temas de sexualidad, ya que otra modalidad que se está poniendo de moda entre los adolescentes es “alcohol y orgía”, donde los riesgos a la sexualidad son muy evidentes.

Los talleres de “Cabo” se realizan durante diez sesiones de una hora cada uno, donde se busca principalmente el entrenamiento de habilidades y destrezas personales que les permitan no consumir ni realizar actividades de riesgo.

Proyecto Hombre también dispone de un área jurídica para personas que, aunque han cometido un delito, no han ido a prisión (programas Altair, Mástil y CTR), donde se busca implementar medidas alternativas.

 

Antonio Moreno “Cannabis: legalidad/ilegalidad”

La segunda ponencia fue seguramente la más polémica, ya que la dio Antonio Moreno, presidente de la AUECA (Asociación de Usuarios y Estudios del Cannabis de Alicante), asociación que reivindica el consumo responsable y legal del cannabis.

Antonio Moreno, presidente de la AUECA, junto a Amor Fenoll, voluntaria de APAEX Elche.

La charla se centró en los aspectos legales del cannabis, especialmente centrados en su consumo. En la ley, el consumo de cannabis en España es ilegal, pero hay ciertos aspectos alegales que no se controlan. Moreno señaló, por ejemplo, que la principal “alegalidad” con el consumo del cannabis viene dada por el conocimiento o no de su consumo por parte de la autoridad. Así, no hay un número de plantas máximo o mínimo que cultivar para que sea legal. En teoría, es ilegal. Sin embargo, mientras el cultivo y el consumo no sean públicos, no hay denuncia. Hay casos, según el presidente de la AUECA, donde se ha acusado de tráfico a una persona por encontrársele dos o tres plantas y otras ocasiones donde el juez determinó consumo propio con más de doscientas plantas.

Supuestamente, según Moreno, la cantidad “legal” para que a un consumidor de cannabis no sea acusado de tráfico son 20 gramos, cantidad considerada máxima para autoconsumo. Sin embargo, la multa igualmente es de 600 euros por posesión de cannabis. Por ello, es importante en España el consumo y producción privada.

En cuanto a la venta o no del producto, lo que es ilegal en España es la sustancia psicoactiva del cannabis, el THC, pero no el resto de la planta. Así, el cáñamo es legal y la simiente de cannabis también, pero no así el plantarla.

Sin embargo, a pesar de su defensa de la legalización del cannabis, indicó que él no busca que la gente consuma. De hecho, en su asociación de consumidores, se aboga por el consumo responsable de la planta. “El consumo excesivo siempre es malo”, aseveró Moreno, “al igual que beber demasiado o comer demasiado chocolate”. El THC, presente en el cannabis, es una sustancia psicotrópica que tiene importantes efectos en el cerebro y desde AUECA se insiste en evitar su consumo hasta los 21 años, edad en la que el cerebro está plenamente desarrollado. Y aun así, a partir de esa edad, se aboga por un consumo responsable. El AUECA han determinado que el consumo responsable es menos de dos gramos por persona y día (salvo los usuarios con necesidades terapéuticas, que pueden rebasar el límite), y en su asociación, que reparte cannabis entre sus miembros, no se puede superar esa cuota, aunque indicó “que no tienen forma de saber si consiguen más cannabis por otro medios”. Sin embargo, también aseguró que si detectan un caso de adicción, no le suministran cannabis a ese socio y se le envía a un médico que participa en la asociación para diagnosticarlo y descubrir si realmente está sano o no.

Antonio Moreno, presidente de la AUECA, junto a Manuel Agulló, presidente de APAEX Elche.

Esa ayuda médica es importante, ya que hay trastorno y enfermedades en las que tomar cannabis, incluso muy poco, es muy perjudicial, como en la epilepsia o la esquizofrenia, aunque Moreno afirma que “el cannabis no la produce, debe haber predisposición genética”.

Antonio Moreno denunció también las asociaciones falsas de cannabis que son en realidad negocios de tráfico ilegales que buscan aparentar legalidad y advierte de su peligrosidad para los consumidores, ya que no otorgan ningún control real y es el lugar perfecto para que un adicto permanezca sin control. La mayoría de estas “asociaciones” falsas fueron creadas por traficantes holandeses que percibieron un buen negocio en la Península, estando muchos de estos “falsos clubs” en Alicante.

 

Juan Manuel Foronda “Consecuencias del uso abusivo e incontrolado de productos legales”

Juan Manuel Foronda, inspector de la Policía Nacional y jefe de la policía científica de Elche, realizó la tercera ponencia, en la que se profundiza en las razones de ciertas prohibiciones y su consecuencia.

Inspector Juan Manuel Foronda, Jefe de la Policía Científica de Elche, junto a su presentadora, Isabel Menargues, voluntaria de APAEX Elche.

Comenzó dejando claro que “el derecho penal castiga acciones que considera malas para la sociedad”. Por tanto, en el consumo de alcohol y tabaco sólo se penalizan acciones que conlleven un peligro o una molestia especialmente para el conjunto de la sociedad. Como ejemplo, observó el delito de conducir bebido. “Por un lado, emborracharse no es ilegal y conducir tampoco lo es”, explicó Foronda, “sin embargo, la combinación de ambas actividades lo es porque pone en riesgo a uno  mismo y la sociedad”. A esto se le denomina “delito de peligro abstracto”, ya que se penaliza una conducta que aún no ha generado un prejuicio, pero que tiene muchas posibilidades de producirlo. Foronda no dejó de señalar la contradicción en el código penal, donde un accidente de tráfico superando la tasa de alcohol es agravante de condena (3 a 6 meses de prisión o multa), mientras que una agresión bajo los efectos del alcohol disminuye la condena, lo que Foronda consideró inapropiado.

También previno sobre la importancia de no beber durante el trabajo, especialmente en aquellos donde hay más riesgo de accidentes, como en la construcción. Añadió que, en este campo, el alcohol produce no sólo riesgos, sino “actitudes indecorosas”, refiriéndose a los “piropos” que muchas veces dicen los obreros a las mujeres por la calle. Añadió que en el caso de violencia de género hay “una gran cantidad de casos” donde con la ausencia de alcohol tal maltrato no existiría.

También se habló de la prohibición de la publicidad de alcohol en los medios audiovisuales. España fue pionera en esta prohibición, ya que se ha demostrado que esta influye negativamente en los menores, induciéndoles a consumir, especialmente en la publicidad durante los espacios deportivos.

En este aspecto de la publicidad, destacó dos elementos más que por su peligrosidad no deberían anunciarse o, al menos, mejorar su regulación: el juego y las bebidas energéticas.

El juego, según Foronda, es el elemento más peligroso hoy en día en este aspecto. No está prohibido anunciar apuestas en ningún medio y se está creando un boom de casas de apuestas online. Pese a que en otras épocas el perfil del jugador era de un hombre entre 30-50 años y adicto a las máquinas tragaperras y similares, hoy éste está cambiando sensiblemente. En la actualidad, los jóvenes, incluyendo muchos menores de edad, se están enganchando a las apuestas online y está comenzando a ser un problema de cierta gravedad. El gobierno, según Foronda, no realiza ninguna acción contra las casas de apuestas porque generan una gran cantidad de riqueza e impuestos, siendo ya en España el 3,5% del PIB, moviendo más de 35.000 millones de euros al año.

Foronda junto al presidente de APAEX Elche, Manuel Agulló, y la psicóloga de APAEX, Mª Trinidad Rodríguez.

Según Foronda, el gobierno debería reconsiderar este planteamiento, pues los delitos relacionados con las casas de apuestas se están disparando, especialmente entre menores. Se está haciendo habitual los casos de robo por parte de menores de dinero de sus padres para poder seguir jugando e incluso se han dado casos de estos menores prostituyéndose para conseguir dinero con el que apostar. Es común también la simulación de delitos para conseguir una compensación económica del seguro y así seguir jugando. El más común es simular el robo de un móvil cuando en realidad el menor lo ha vendido y así además conseguir uno nuevo de los padres (pena que va desde los 6 a 12 meses de multa si pillan al menor).

Sobre el tema de las bebidas energéticas el asunto es complicado también, ya que no tienen ninguna sustancia ilegal. Sin embargo, estas bebidas son generadoras de conductas que pueden llevar a la consecución de delitos de diversa índole, debido a que general una sensación de hiperactividad, nerviosismo e incluso euforia en los consumidores. En los niños, el consumo habitual de estas bebidas puede llegar a producir hiperactividad y trastornos graves de conducta.

No dejó de alertar el inspector la gran cantidad de jóvenes fallecidos en sus domicilios por culpa de diversas sustancias e incluso por suicidios. Para finalizar, Foronda insistió mucho en la “plaga” de suicidios que hay hoy en día en España.

 

Leovigildo Gómez Navalón “Cuando se ha cruzado la línea. Ingreso en prisión”

Leovigildo Gómez Navalón, funcionario de prisiones, pedagogo en Fontcalent, realizó la siguiente ponencia, centrada en la situación de los reclusos dentro de las cárceles y cómo se les tratan sus adicciones y comportamientos. Como el propio Leovigildo afirma “Mi objetivo es que al salir se reintegren en la sociedad, aunque sólo sea uno”.

Leovigildo Gómez Navalón, funcionario de prisiones y pedagogo, junto a su presentadora Isabel Menargues, voluntaria de APAEX.

Él es pedagogo del llamado “colectivo de delitos muy especiales”: violadores, asesinos, terroristas… Gente con pocas posibilidades de integrarse en la sociedad cuando acaba su condena. Lo primero, dejó claro que son los presos los que voluntariamente se ofrecen para mejorar su vida, ya que los que no se prestan voluntarios, “por mucho esfuerzo que se haga”, según sus palabras, no van a querer cambiar.

Su ponencia fue bastante suigéneris, ya que no utilizó en ningún momento un lenguaje sofisticado o técnico. Prefirió hablar las cosas “por su nombre”. En primer lugar preguntó al público de la ponencia qué consideraban ellos que era una prisión. La mayor parte de las respuestas fueron relativamente normales.

Leovigildo simplemente dijo: “La prisión es una puta mierda”.

Según el pedagogo, no es “una mierda” porque les falten cosas. De hecho, afirmó que actualmente las prisiones españolas están a la vanguardia del mundo en mantener adecuadamente a los presos: comida decente, celdas modernas y sin sobrepoblación, etc. El problema para el preso es la falta de libertad. “En la cárcel no puedes decidir cuándo vas comer, cuando vas a salir, cuando vas a hacer nada… Y por supuesto no hay un contacto humano sentimental, íntimo. Eso general mucha inseguridad. Y eso es el gran castigo, la falta de afecto”.

A pesar de eso, insistió en que faltan profesionales de la psicología y la pedagogía en prisiones, hay aún muy pocas plazas.

Volviendo al tema de las adicciones, reconoció que en la prisión hay droga, aunque afirma que “mucha menos de la que se cree”, ya que a partir del año 2000 se mejoró mucho la profesionalización y la seguridad, de tal forma que hoy día la droga sólo entra por vía vaginal y anal en los bis a bis prácticamente.

Un gran problema a la hora de tratar adicciones es la inseguridad antes comentada. El no tener un apoyo afectivo hace más vulnerable a muchos prisioneros. Especialmente son peligrosos los prisioneros con mentes más desestructuradas, ya que achantan y acobardan a otros presos para conseguir sus cosas, creando un sistema de poder/sumisión. Y si no se achantan, es posible que se den situaciones violentas, especialmente en los pocos lugares sin vigilancia, como el baño.

Sin embargo, afirma Leovigildo, la prisión puede ser un lugar para cambiar la vida, para aprovechar ese tiempo y hacer con la vida algo diferente, sin embargo para ello, lo más importante, es tener seguridad. La seguridad dentro de los muros penitenciarios es fundamental. Si no hay vigilancia, los presos estarán demasiado  ocupados sobreviviendo para poder intentar cambiar. El apoyo institucional para crear los medios necesarios para mantener la seguridad y un tratamiento adecuado es clave.

Sin embargo, otra condición indispensable para cambiar es que el preso debe aceptar su responsabilidad en el delito, ya que sin eso no podrá cambiar (no consideraría que ha hecho nada malo en el fondo).

Leovigildo, durante su alocución.

Más condiciones indispensables es la capacidad mental del preso. Su inteligencia cognitiva. “Si no es inteligente, no se va a reintegrar”, afirma Leovigildo. El pedagogo ha visto muchas situaciones donde los presos autojustificaban sus acciones en un mundo imaginario que ellos creaban en su mente a partir del real. Un preso debe ser lo bastante inteligente como para aceptar y asumir la realidad y así entender su error.

Otra condición es la sensibilidad del preso. Debe ser sensible a lo que sientes otros y uno mismo. Según Leovigildo, aquí “los psicópatas no tienen remedio”, aunque también afirma que hay “pocos psicópatas en prisión”, pues suelen ser muy inteligentes como para entrar.

El apoyo familiar desde el exterior y su colaboración también es muy importante: una madre, una mujer, unos hijos, el saber que hay alguien ahí afuera que les espera es un motivo muy poderoso para cambiar en los presos.

Leovigildo además señaló que con esto no exculpa a los delincuentes, “son culpables de lo que hicieron”. Sin embargo, afirma, “el tiempo que pasan en la cárcel puede servir para hacerles mejores personas” y miembros productivos de la sociedad, en vez de destructivos.

El pedagogo acabó agradeciendo a todas las asociaciones que colaboran con ellos, especialmente Proyecto Hombre y la Cruz Roja, lanzando el guante a APAEX Elche de que hay un sitio para ellos también si quieren ayudar.

 

Juan Manuel Cuenca “Mindfullness como medio de autocuidado y control de impulsos”

Juan Manuel Cuenca, psicólogo clínico del centro de salud de Novelda y profesor de la Universidad de Alicante, en la última ponencia el pasado sábado 4 de noviembre, explicó en qué consiste y cómo se utiliza el mindfulness. Esta es una técnica psicológica que mediante una gran concentración (meditación) permite, entre otras cosas, que nos resistamos a nuestros impulsos, elemento muy importante en los casos de adicción.

Juan Manuel Cuenca, psicólogo clínico del centro de salud de Novelda y su presentadora, Noemí Riquelme, voluntaria de APAEX Elche.

Como explicó Cuenca, el mindfulness tiene su origen en la meditación budista. John Kabat-Zinn, en el año 1979 propuso esta forma de tratamiento psicológico, pero omitiendo su origen religioso para conseguir que le tomaran en serio en el ámbito científico. Hoy en día se considera una de las mejores técnicas para determinados ámbitos de la psicología, como las adicciones.

Cuenca comenzó afirmando que el mindfulness no es una herramienta, sino que es un modo de vida. “Si no nos lo tomamos como un medio de vida, no funcionará”. El mindfullness se basa en uno de los ocho principios budistas: la atención plena correcta, como uno de los elementos para eliminar el sufrimiento innecesario de nuestras vidas.

Así, enumeró las características del mindfulness:

-Atención y concentración. Si no somos conscientes de nuestro entorno y de nosotros mismos, no podremos entender lo que nos pasa.

-Actitud de aceptación. Si no aceptamos el mundo tal y como es, el sufrimiento es inevitable.

-Suspender el enjuiciamiento. Nos pasamos el día enjuiciando a nosotros mismos y a los demás. Debemos dejar de poner etiquetas innecesarias y simplemente buscar solución a los problemas.

-Capacidad de decisión. Debemos ser capaces de decidir las cosas con claridad, pues la duda lleva a la intranquilidad y al sufrimiento.

-Calma la agitación mental y emocional. Con la mente y las emociones calmadas, podremos tomar las decisiones más adecuadas tranquilamente, además de sentirnos mejor.

Al final, lo básico del mindfulness es tomar  de lo que nos rodea. Ser plenamente conscientes, en esencia, de todo. Tomar plena atención de lo que pasa a nuestro alrededor y en nosotros mismos en ese mismo instante. Así, podremos responder a los desafíos de forma eficaz y razonada, en vez de reaccionar al malestar automática y pasionalmente.

Para ello, otro elemento importante es la compasión, un principio budista muy importante. Pero no sólo la compasión hacían los demás, sino sobre todo compasión a uno mismo, pero sin llegar a la autocompasión culposa habitual, sino una autocompasión que busque ayudarnos a nosotros mismos.

Para la práctica del mindfulness, Cuenca dio en directo una clase para todos los presentes, en la que hizo que todos los presentes se sentaran en una posición correcta, con la espalda recta, pero relajada, y los ojos cerrados. En esa posición fue guiando a los presentes a que sintieran cada una de las partes de su cuerpo poco a poco, a ser conscientes de ellas poco a poco. Así, los pasos serían:

-Atención al cuerpo y respirar.

-Atención a las sensaciones.

-Atención a las emociones.

-Atención al pensamiento.

-Atención abierta.

Juan Manuel Cuenca juanto a Manuel Agulló, presidente de APAEX.

Así, de esta forma, el mindfulness es de gran utilidad en el campo de las adicciones, pues permite al adicto ser consciente de sus impulsos y controlarlos en el momento en que aparezcan. “El impulso puede ser muy fuerte, pero es transitorio y acaba desapareciendo, tanto si le hacemos caso como si no”, afirma Cuenca, “si cuando aparece, practicamos minsdfulness y nos tranquilizamos, después de un rato desaparecerá por sí solo, tal y como si hubiéramos hecho caso al mismo”. Aún así, el mindfulness, no es una receta para todo, ni es sencillo dominarlo. Es fácil que la mente vaya a otras cosas durante la meditación y debemos centrarla en el ahora. Así pues, el mindfulness es también un tipo de autodisciplina. Si podemos disciplinar la mente durante la meditación, podemos disciplinarla cuando aparezcan nuestros impulsos y emociones. “La mente siempre nos lleva a tres sitios: al pasado, al futuro y a fantasear”, afirma Cuenca, “en el mindfulness hay que mantenerla en el ahora, en lo que estamos haciendo”.

Para conocer nuestro cuerpo, Cuenca enseñó que hay seis emociones básicas: miedo, alegría, tristeza, ira, sorpresa y asco. Estas seis emociones son igual de importantes para el cuerpo y ninguna es mala de por sí, de hecho, son necesarias para la supervivencia. El problema es cuando aparecen en un momento no propicio o cuando escapan a nuestro control, y ahí es donde entra el mindfulness, que es capaz de calmar estas emociones. El mindfulness también es importante para conocernos. “Todos tenemos una emoción predominante y debemos preguntarnos con sinceridad cuál de ellas destaca sobre las demás”.

Así, el sistema mindfulness puede ser  uno de los mejores para salir del círculo vicioso de las adicciones, como el borracho de El Principito, que decía “Estoy triste porque bebo y bebo porque estoy triste”.

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